A mi padre, Ronaldo Membreño Caldera
Tu muerte solamente tú te la sabes.
-Carlos Martínez Rivas
Cuando partiste a Cuba esa mañana
sabía que no te volvería a ver,
antes que te fueses te leí un poco del soliloquio de Hamlet,
para darte ánimos, fuerzas, cosas que a vos te sobraban.
Pero a vos te sobraba de todo, amor más que nada,
sudabas alegría poética.
En el género humano hay miles de héroes y dioses,
eso vos ya lo sabés.
Lo que tal vez no sabes es que ellos no me importan tanto,
que mi héroe personal, mi dios personal, sos vos.
El mundo se volvió aún más terrible con tu partida,
y yo un poco más melancólico,
algo que me parecía imposible antes,
pero uno se da cuenta que el abismo es más profundo de lo que uno cree
que el abismo es eterno.
Yo niego tu muerte, la niego y reniego,
afirmo tu vida, tu vida que solo vos la conocés.
Lo que sí es mío son mis recuerdos de vos,
de cuando me sugeriste que leyera a Kafka,
cuando me hablabas de la lucha contra la dictadura,
del anarcosindicalismo,
cuando me enseñaste a jugar ajedrez,
cuando hablabas de tus muertos.
Vos mismo escribiste en un bloc un esbozo,
(de lo que esperabas, fuesen tus memorias),
que la muerte del ser más amado nunca se supera,
hablabas de tu padre, y yo hablo del mío.
Quisiera ver otro amanecer con vos,
cuando la luna y el sol se casan
poder tomarme otro traguito de ron con vos,
una cerveza o una copita de vino,
hablar de mujeres,
tema en el que eras ducho
o hablar del amor de Dios,
que vos sabías era lo mismo que el amor al hombre,
que amar a la Humanidad es amar a Dios.
Por eso no te digo que estás en “su” presencia,
pues esas son supersticiones,
sé que siempre estuviste en la presencia del Universo,
que el polvo del Universo es polvo de estrellas
que al fin y al cabo, eso somos,
material de galaxias.
Siento que estos versos, apenas y son míos,
y te recuerdo aquél poema que te leí en Navidad,
todos mis versos son tuyos.
Tal vez estás líneas no valen mucho para cualquier lector,
pero yo sé que vos las aprecias,
que te enorgullecías de mí,
de tu hijo que te tocaba las canciones de George Harrison
que tanto te gustaban,
de tu hijo que te leía poesía,
que habla francés,
eso me da paz
y quiero decirte padre, que estoy en paz.
Te deseo un buen viaje a lo eterno,
te prometo no mancillar tu recuerdo,
te prometo cultivar el espíritu,
arar el mar buscando tus huellas en la arena,
zarpar al cielo tirando rosas al género Humano,
repetir en la oscurana
que lo más humano del humano es Dios,
que lo más divino de Dios es el humano,
y así esas tautologías, esas imágenes poéticas
entregártelas en pequeños paquetes con tu destinatario.
Todo eso dártelo padre, y sabiendo
que estoy en eterna deuda con vos.
17 de Marzo del 2014
Camilo Membreño Sevilla
2 respuestas
Dios es bueno y un día no muy lejano estaremos todos juntos con todo nuestros seres queridos , muy profundas palabras .
Pueta me conmueve tus recuerdos, pues también son míos y son por las tantas veces que amanecimos platicando con Mario y la Fátima de tantas rutas al cósmico que nos entrenamos en filosofía y otros saberes que sin ser ciencias nos dieron rutas, saludos y abrazos hijo.