Camilo Membreño

El terror dariano: Misterio y suspenso en los cuentos de Rubén Darío

“Este -me dijo- fue uno de los vencidos por el Diablo.

-Por el viejo Diablo que ya chochea -le dije.

-No -me contestó-. Por el demonio moderno que se escuda con la ciencia”.

-R.D.

Introducción

El escritor estadounidense H.P. Lovecraft, reconocido por su producción tenebrosa de cuentos francamente horribles, escribió un ensayo al respecto llamado El horror sobrenatural en la literatura, en el que sentencia: “El miedo es una de las emociones más antiguas y poderosas de la humanidad, y el miedo más antiguo y poderoso es el temor a lo desconocido” (Lovecraft, 1999, P.5). No es de sorprender entonces que exista en la literatura un subgénero dedicado enteramente al terror, sus orígenes se remontan a la antigüedad, como dice Lovecraft “Al ser una forma literaria tan íntimamente relacionadas a las emociones primitivas, el evento de terror es tan antiguo como el pensamiento y el habla humanos” (Lovecraft, 1999, P.9).

Se encuentran antecedentes hasta en la literatura medieval como el Claviculae, falsamente atribuido al rey Salomón. Lovecraft menciona desde el doctor Fausto de Marlowe, hasta al fantasma de Hamlet como antecedentes del relato fantasmagórico. Sin embargo, quién inaugura este género es Walpole con El castillo de Ontranto. Esta obra “estimula el surgimiento de una escuela de lo gótico, que a su vez inspiró a los verdaderos artífices del terror cósmico, comenzando con Poe”. (Lovecraft, 1999, P.16) Vemos entre ellos a Ann Radcliffe, con Los misterios de Udolfo, Melmoth el errabundo de Charles Marturin, Frankenstein de Mary Shelley, que luego sería continuada en el siglo XIX esta tradición con Sir Arthur Conan Doyle con las novelas policiales de Sherlock Holmes, H.G. Wells y Robert Louis Stevenson con joyas como La isla del tesoro, El doctor Jekyll y Mr. Hyde, etc.

En el caso de los franceses Lovecraft menciona a Victor Hugo con Hans de Islandia, y Balzac, en La piel de zapa, Seraphita y Louis Lambert. Luego a Theophile Gautier como el gran antecedente de Baudelaire,  con obras como Avatar, El pie de la momia y La muerta enamorada. El mismo Baudelaire, y los cuentos de horror de Guy de Maupassant. Hasta llegar al maestro norteamericano del horror, Edgar Allan Poe.

Todas estas figuras mencionadas que enumera Lovecraft, fueron de gran influencia para Rubén Darío en varios ámbitos prosísticos y poéticos, y es también en el caso de sus cuentos de terror, Darío escribiera al respecto de Poe, en su obra Los raros, “Esto vio el mundo con Edgar Allan Poe, el cisne desdichado que mejor ha conocido el ensueño y la muerte…” (R.D., 1918,  P.21)

La admiración que Darío sentía por Poe, no es ningún secreto, sin embargo lo único que le reprocha es su falta de fe. “La especulación filosófica nubló en él la fe, que debiera poseer como todo poeta verdadero. En todas sus obras, si mal no recuerdo, sólo unas dos veces está escrito el nombre de Cristo”. (R.D., 1918, P.28)

En este sentido Darío es un escritor de suspenso pero con un Dios, con un Ethos, Pathos, Telos, a diferencia de los ejemplos norteamericanos que negaban a Dios y que no suponían necesaria la intervención divina en sus obras. Esto marcará profundamente la diferencia entre el terror latinoamericano y el terror europeo o norteamericano.

Darío se vuelve un importante precursor de este subgénero, siendo los otros casos de escritores de este género, escasos. Puesto que la crítica siempre le ha considerado como literatura menor que no merece mayores miramientos. Sin embargo recientemente ha surgido interés por parte de la crítica de otorgarle su lugar debido al subgénero literario, y se ha escrito al respecto, diferenciando, analizando y categorizando el sin número de elementos que caracterizan el terror dariano. Ese es el objetivo fijado también, por este ensayo. Para ello analizaremos cada uno de los textos que usualmente son categorizados como terror dariano, y categorizaremos cada una de sus características.

II. La muerte de Salomé

Este cuento publicado en Costa Rica en el año de 1891 es el primero de los cuentos de terror de los cuales hablaremos. Como su nombre indica hace alusión al personaje bíblico Salomé, la hija de Herodías; y a la muerte de Juan el Bautista, primo de Jesús. En el cuento vemos como se refuta la idea clásica sobre la muerte de Salomé: “Una leyenda asegura que la muerte de Salomé acaeció en un lago helado, donde los hielos le cortaron el cuello”. Continúa: “No fue así; fue de esta manera”. (Rubén Darío, 2011, P.13) Nos narra cómo Salomé muere inmediatamente después del festín ofrecido en honor a la muerte de Juan el Bautista, una vez que ha comido y danzado, se retira a sus habitaciones para descansar, sus esclavas etíopes la despojan de su ropa y a continuación se va a acostar a su lecho.

Frente a ella admira “la cabeza pálida de Juan, que en un plato áureo, estaba colocada sobre un trípode”. (R.D., 2011, P.14) El sadismo, y el absoluto mal que inunda el corazón de Salomé se evidencian en el cuento, su brutalidad es inhumana, se describe como desde su lecho admira la cabeza del Santo, como si fuese un vil y cínico trofeo de guerra. De pronto, una sofocación apena a Salomé quién ordena a sus esclavas retirar sus joyas. Cuando Salomé decide remover una de las mismas, con forma de serpiente y hecha de oro, regalo de un pretor, la víbora se comienza a agitar como si estuviese viva y termina cercenando la cabeza de Salomé, y queda justo al lado de la de Juan el Bautista.

En este relato vemos la fe de Darío que se traslada en justicia divina sobre la cruel Salomé. Lenina Mendez nos muestra la influencia de Poe en el cuento: “En este relato se nota un tanto la incipiente huella de Poe en el hecho de la caracterización del personaje, Salomé, quien es bella y a la vez cruel, y su mismo placer por la sangre es el que la llevará a la destrucción”. (Mendez, L. 1999, P. 4) Es la Providencia quién castiga a Salomé por su crueldad contra un santo, primo de Jesús y profeta inmediato de su advenimiento. Como dice Mendez: “…la ira de dios es terrible: aquí no está presente un dios amoroso, sino un ser vengador que llega a cualquier extremo para aplacar su cólera” (Mendez, L. 1999, P. 4).

Es sobre todo significativo el recurso clásico del modernismo que Darío usa al comenzar esta obra. Esta es la de darle un origen antiquísimo a los relatos haciendo alusión a traducciones antiguas perdidas y luego recobradas, el primer párrafo termina: “Digo esto porque quizá habrá quién juzgue falsa la corta narración que voy a escribir en seguida, la cual tradujo un sabio sacerdote, mi amigo, de un pergamino hallado en Palestina, y en el que el caso estaba escrito en caracteres de la lengua Caldea”(R.D., 2011, P.13). Este recurso del modernismo es utilizado por Poe en Manuscrito hallado en una botella, y veremos que autores más contemporáneos como Borges, lo utilizaron ampliamente. También este recurso es explotado por Darío en otros de sus relatos de terror, de manera adrede para llenarles del velo de lo verosímil, dándole cierta veracidad al relato, o pretendiendo darle verosimilitud a lo sobrenatural o fantasioso.

III. Historia prodigiosa de la princesa Psiquia según se halla escrita por Liborio, monje, en un códice de la abadía de san Hermancio en Iliria

Este segundo cuento es publicado en 1906 en Madrid. Veremos el recurso anteriormente mencionado en el que se la da un origen a los cuentos, no como si fuesen producto de la imaginación del genio, sino más bien como antiquísimo relato documentado en pergamino. En este caso esto se devela desde el título del cuento. Se le atribuye el origen del relato a Liborio, un fraile católico que realmente existió alrededor del año 250 d.C., perteneciente  una abadía europea que también es real.

En Historia prodigiosa…  veremos una vez más la fe de Darío manifestándose. En este caso Psiquia es una princesa hija de un oscuro y satánico rey Mago de Asia, quién le enseñaría igualmente sus artes oscuras a la joven. Nuevamente reluce la huella de Poe, Psiquia es una mujer cruel y satánica, pero acompañada de una belleza exterior inigualable. La princesa al conocer los secretos alquímicos y cabalísticos, provocaba que la naturaleza y las fieras más brutales le obedecieran, pero un día amaneció desolada y triste, y guardó silencio sepulcral.

El rey Mago pensó que el origen de la desolación de Psiquia se encontraba en las tragedias del amor, más no era el caso. La bella joven ignoró a cual pretendiente apareciese como si fuese la misma cruel y malvada Turandot de la ópera de Puccini. Seguidamente aparecen los Magi (Melchor, Gaspar y Baltasar, reyes magos que aparecen también en la poesía dariana) anunciando a Santo Tomás, el que tocó las sagradas llagas de Jesucristo, Nuestro Señor.

Al aparecer el santo ante la impía princesa, que por fin habla, y revelando su ansía por conocer el misterio de la resurrección, por lo que Tomás, aún advirtiéndole que el conocimiento divino está vedado, llama a Lázaro, quien en oscura figura aparece y al decirle dos palabras impronunciables al oído, acaba con la triste vida de Psiquia. Una vez más el tema del horror a lo desconocido, y el temor a Dios están presentes en Darío.

IV. El Salomón negro

Escrito en Buenos Aires en 1899, es según Lenina Mendez “…uno de los cuentos de más fino penetramiento en el horror psicológico de Darío, en donde nuevamente entra en escena un personaje histórico en fuerte relación con la biblia” (Mendez, L. 1999, P.6).  En este caso, Salomón, de quién se decía tenía vastos conocimientos sobre lo oscuro. Por ejemplo, en la Edad Media, libros sobre demonología y angelología, eran atribuidos al rey hebreo. Estás atribuciones han probado ser erradas, pero la sabiduría por la cual es famosa el rey no puede ser negada. En el cuento una oscura figura gemela atormenta al rey.

“Tú amas la verdad; yo reino en la mentira, única que existe”. (R.D., 2011, P.24) Esto sale de la boca del Salomón negro y siendo estas facultades que se le dan al propio Satanás. Posteriormente el Salomón negro hace hablar a todos los buenos animales de la Creación, y refuta a cada uno su adoración pues dice que “Dios se llama X; se llama Cero”. (R.D., 2011, P.27) Acusando a cada uno de mentiroso.

Finalmente en el momento de clímax del cuento el Salomón negro se revela así mismo, como no otro que Friedrich Nietzsche, el filósofo alemán nihilista, el cual ha sido tratado también en la poesía dariana anteriormente, así como en su crónica. El cuento finaliza con la fundición del alma del rey en Dios, luego de que los ángeles del Altísimo, exclamase, “Salomón, Salomón: has sido tentado” (R.D., 2011, P.28). Vale en este caso una equiparación con el Fausto de Goethe, que termina de la misma manera que el rey Salomón en este cuento, con Redención divina luego de haber sufrido la tentación demoníaca. Es pues que vemos un final optimista en este cuento, siendo este el único caso, donde el protagonista halla la salvación, siendo tal vez por el hecho de ser el rey hebreo Salomón.

V. La extraña muerte de Fray Pedro

Este cuento tuvo una primera edición en 1896 y se tituló “Verónica” en honor a la figura bíblica, que tendiese a Cristo un velo en el ensangrentado rostro. Una segunda edición con el nombre por el que se conoce pertenece al año 1913, y se considera que posee un estilo más depurado y claro por la crítica.

Comienza el cuento con una voz narrativa que se asume como el propio Darío visitando un convento de una ciudad española, nuevamente el relato se cubre del velo de la verosimilitud, conocido recurso modernista, la historia es narrada por un cicerone que al pasar por el cementerio mostró la lápida del fray Pedro, luego se desarrolla este interesantísimo y misterioso dialogo:

“Este -me dijo- fue uno de los vencidos por el Diablo.

-Por el viejo Diablo que ya chochea -le dije.

-No -me contestó-. Por el demonio moderno que se escuda con la ciencia”.

Rubén Darío, 2011, P.29

El tema de este cuento es el rechazo al avance de la ciencia, la ciencia como enemiga de Dios, el mismo pecado de Adán, el deseo del fruto del conocimiento del bien y el mal que llevo a todo el género humano a la desolación, y a la muerte, lo que los cabalistas llaman la Caída del Paraíso. El fray Pedro según el relato es un padre atormentado por este pecado, la curiosidad, que lo lleva a evitar sus ejercicios espirituales, el rezo, la misa y las penitencias típicas de una vida de monasterio. Mientras sus hermanos se dedicaban a la vida monasterial, el fray Pedro se sumergía en conocimientos esotéricos prohibidos y satánicos, que en este caso son iguales a ciencia.

El deseo de fray Pedro por conocer el conocimiento divino es tal, que vende su alma al Diablo. Un supuesto compañero del monasterio le otorga una máquina de rayos x, que tanto ansiaba, es tanta su emoción por el regalo que no llega a advertir las patas de chivo de su benefactor. Las intenciones del fray eran observar la hostia consagrada, que es cuerpo y sangre de Cristo de acuerdo a la doctrina teológica católica de la transustanciación. Utilizando la máquina ve a través de la hostia consagrada luego de robarla del copón del monasterio, esto le produce la muerte instantáneamente.

Nuevamente reaparece el tema del conocimiento divino como terreno vedado. De la misma manera que ocurre en Historia prodigiosa de la princesa Psiquia según se halla escrita por Liborio, monje, en un códice de la abadía de san Hermancio en Iliria, el conocimiento divino que está prohibido le produce la muerte al fray Pedro. Quién vio en la hostia consagrada al propio rostro de Jesucristo Nuestro Señor.

VI. Thanathopia

Escrito en Buenos Aires, en 1893, Thanatopia, un relato con la figura de un vampiro como la principal, como menciona Lenina Mendez, “La influencia de Allan Poe es notable en este cuento, especialmente la influencia de su Berenice es patente en la narración de Darío que tiene como protagonista a un típico personaje del acervo de Poe: un joven atormentado por la locura, hermoso y taciturno, proveniente de una rica y antigua familia inglesa donde el padre es un ser misterioso entregado a cavilaciones científicas que nuevamente, lo llevarán a la destrucción”. (Mendez, L. 1999, P.8)

En este cuento reaparece el tema dariano del temor de Dios, y del sigilo que deben guardar los hombres con los temas sobrenaturales y referentes a la muerte. En el cuento el padre del joven, un científico enfermo de nombre John Leen, mata a su esposa y la convierte en una no muerta, una vampira, que en las culturas occidentales se representan como espectros infernales, que son incapaces de la muerte, y que han vendido su alma al Diablo a cambio de juventud eterna.

El enfermizo doctor no posee mayor motivo que la curiosidad, y los riesgos que toman son absolutos sin importar sacrificar la vida de su esposa, ante la cual el joven James Leen se horroriza y lamenta. En este cuento la voz narrativa es el propio James Leen y relata los terribles eventos que acaecieron en su familia.

James Leen es una figura que le dota del compás moral al cuento puesto que su psicología se ve severamente quebrantada por los crímenes de su padre. Sin embargo este cuento se queda en el misterio del cual no sale, pues no se revela exactamente las circunstancias en las cuales el doctor Leen, asesinó y transformó a su esposa en vampiro. Una pista se encuentra en el título del cuento, Thanathopia, de etimología griega, Tánatos, que es la personificación de la muerte no violenta.

VII. La Larva

Aparece en Buenos Aires en 1910, es un breve cuento que Darío alude como experiencia verdadera en su autobiografía, aduciendo un hecho real ocurrido en la Plaza de León, estando el bardo “en [su] sano y completo juicio”. (Mendez, L., 1999, P.8). Como nos indica Lenina Mendez, los ambientes europeos no se encuentran en este libro, el lenguaje preciosista es olvidado por el vernáculo nicaragüense y se adentra en el mero folklore hispánico, con “toda esa rica veta de relatos coloniales que aún perviven hasta estos tiempos” (Mendez, L., 1999, P.9)

En el cuento La Larva se hace alusión a la leyenda poscolonial que conocemos los nicaragüenses como la cegua, aquel esperpento femenino que apareciese frente a los hombres solos que estando en altas horas de la noche bajo el efecto de algún depresor del sistema nervioso central, tuvieran la mala suerte de buscar en el demoníaco espectro compañía del tipo sexual.

La descripción que hace Darío del rostro de la cegua es absolutamente exquisita, si se aprecia lo bello y sublime de lo que pueda resultar feo o grotesco. “… ¡oh espanto de los espantos! aquella cara estaba viscosa y deshecha; un ojo colgaba sobre la mejilla huesona y saniosa; llegó a mí como un relente de putrefacción”. (R.D., 2011,  P.45-46) Insisto a que de todos los cuentos de los que me he explayado en el presente ensayo, este es el más cinematográfico, siendo esta una característica de cada una de las obras mencionadas.

VIII. Cuento de pascuas

Aparecido en París en 1911, Cuento de pascuas integra un tema que se vuelve recurrente en Darío, los estados anímicos producidos por sustancias que alteran el sistema nervioso central. En este cuento un joven que disfruta de la vida de excesos y bohemia parisina, divisa en una fiesta a una mujer hermosa que luce un galón rojo en su cuello con los coiffures à  la Cléopatre. Así mismo conoce a un hombre alemán descendente de Lycosthenes, que como señala Lenina Mendez, es un “astrólogo del siglo XVI que en realidad existió, recurso muy extendido en el siglo XX como medio para crear verosimilitud en lo narrado”. (Mendez, L., 1999, P.9)

 El joven de nombre  Wolfhart fascinado por los secretos arcanos al igual que su ancestro oscuro, poseía en su poder una droga poderosa descubierta por Lycosthenes que “…llegó a descubrir que el cielo y toda la atmósfera que nos envuelve están siempre llenos de esas visiones misteriosas, y con ayuda de un su amigo alquimista llegó a fabricar un elixir que permite percibir de ordinario lo que únicamente por excepción se presenta a la mirada de los hombres”. (R.D., 2011, P. 50-51) De acuerdo a lo expresado concluimos que estas visiones son más bien desveladas al ojo del humano, y no son simples alucinaciones.

Posteriormente el protagonista toma la demencial droga, que es como dice Lenina Mendez, “nuevamente…el tema de la ciencia, el peligro que puede acarrear tratar de penetrar en los secretos que no están permitidos”. (Mendez, L. 1999,  P.9) Esto llevara a nuestro protagonista por un dantesco viaje en el que vera a la mujer que anteriormente le llamase la atención como la reina guillotinada francesa María Antonieta, así como otros personajes históricos y ficticios que fueron decapitados como Juan el Bautista, (figura que también está presente en Salomé), como Holofernes, la cabeza de Luis XVI, la cabeza de Medusa, y que estos formaban “el árbol de las cabezas, el bosque de las cabezas, la muchedumbre fabulosa de cabezas…” (R.D., 2011, P.56)  que terminaban gritando la profética oración:

“-¡Cristo ha de resucitar! ¡Cristo ha de resucitar!…” (R.D., 2011, P.56)

El cuento finaliza de manera satírica como si entregase todo por la borda, como si fuese producto de un mal sueño la alucinación del protagonista. Finaliza con el buen amigo doctor quién recomienda no dormir inmediatamente después de comer, como si todo el relato se tratase de una pesadilla.

IX. La pesadilla de Honorio

Publicado en Buenos Aires, en 1894, igualmente toca el tema del sueño alucinante como en Cuento de pascuas. Aun siendo producto de la ficción del terror, me atrevo a decir que las imágenes de La pesadilla de Honorio, a pesar de su horror, son ciertamente poéticas, es decir, estéticamente bellas, un ejemplo es esta línea: “¿Cuándo? Es en una hora inmemorial, grano escapado quizás del reloj del tiempo”. (R.D., 2011, P. 57) Darío como narrador está lleno de bellas imágenes que son definitivamente poéticas, y que invitan a la hermosa atención a la fantasía y la imaginación. Siendo en este caso la fantasía terrorífica, cuyo tema es recurrente en Darío: “la tiranía del rostro humano…” (R.D., 2011,  P.57) citando a Baudelaire, en su pequeño poema en prosa A la una de la mañana.

De todos los cuentos este es definitivamente como anteriormente advertí, el más poético de la selección, el más cercano a la prosa poética baudelairiana, que tanto influyó al máximo bardo nicaragüense. En La pesadilla de Honorio, la sucesión de rostros humanos crueles y malditos están sustanciosamente descritos, una muestra son las siguientes líneas:

“Una máscara blanca se multiplicaba en todas las expresiones: Pierrot. Pierrot indiferente, Pierrot amoroso, Pierrot abobado, Pierrot terrible, Pierrot, desmayándose de hilaridad; doloroso, pícaro, inocente, vanidoso, cruel, dulce, criminal: Pierrot mostraba el poema de su alma en arrugas, muecas, guiños y retorcimientos faciales. Tras él los tipos de todas las farsas y las encarnaciones simbólicas”.  (R.D., 2011, P.58)

Pierrot es uno de los personajes de la comedia italiana que tanto han sido reproducido en el arte tanto como en la música, el cine y la pintura, la esencia extremadamente poética del cuento, aun así no le arrebata su potente sentimiento de misterio y suspenso que atormenta a Honorio, protagonista de la obra que casi pareciera pedirle socorro al propio lector, quién lamentablemente es impotente ante las visiones que se presentan tanto a él como al desdichado Honorio.

El cuento finaliza con Honorio cayendo en un ensueño, aunque no podríamos aseverar que se sucede posteriormente con el mismo, si esto significa su muerte, o algo más. Como un estado comatoso, nuevamente el final de este cuento se escuda en la penumbra del misterio para no revelarse enteramente, prefiriendo la sombra. Otro recurso que es utilizado por el cuentista norteamericano Edgar Allan Poe.

X. El caso de la señorita Amelia (Cuento de año Nuevo)

Publicado en Buenos Aires, en 1894, este cuento es sumamente perturbador por su argumento. Como indica Lenina Mendez, “En este relato, las influencias de Huysmann y Hoffman son evidentes, creando el autor una dimensión fantástica pocas veces igualada en las narraciones de esta índole, pero como se dijo al principio, generalmente menospreciadas por la crítica”. (Mendez, L., 1999, P.10)

Nuestro protagonista es el macabro doctor Z, que posee sabiduría referente a los diversos demonios de las diferentes culturales, conocimientos de las filosofías orientales, así como del ocultismo, el cábala, etc. Su gran sabiduría es opacada por su inclinación pederasta hacia una niña de apenas 12 años que da nombre al cuento, Amelia.

El cuento es lo suficientemente perturbador por las parafilias pedófilas del doctor Z, sin embargo el relato se vuelve mucho más cruel y macabro. Es sin duda,  el más cruel de todos los cuentos de terror de Darío. Al final se revela, que el doctor Z, mantuvo a la niña Amelia, cuya terrible estrella le dio la mala suerte de caer en las manos del brutal pedófilo. Se  deduce es que a través del tiempo en el que el doctor visitaba a la familia Revall, alimentaba a la niña Amelia con bombones que provocaban que la niña nunca envejeciera, y siguiera luciendo de la misma edad, solamente para el disfrute del doctor Z. Sin embargo, como sabemos en la época contemporánea existen enfermedades que hacen ver a las personas adultas como si fuesen niños, una enfermedad de la glándula pituitaria.

La brutal revelación deja a cualquiera helado, este sin duda es el cuento más macabro de Darío, y la figura del doctor Z, es de las más oscuras de los personajes de Darío.

XI. Huitzilopoxtli (Leyenda Mexicana)

Es un cuento controvertido que incluso es considerado por algunos críticos como el profesor Edelberto Torres como falso, puesto que han negado que sea de producción dariana (Mendez, L., 1999, P.10) Mendez señala que Darío se sale de los patrones del modernismo, tanto en el lenguaje como en la temática, que está completamente alejada del preciosismo, la influencia francesa o los recovecos idiomáticos.

El cuento fue analizado por el doctor Julio Valle Castillo durante el diplomado Vida y Obra de Rubén Darío, quién también escribió un ensayo al respecto. Nos decía Valle, que Huitzilopoxtli  es crónica y también es cuento. Narra la muerte de Ambrose Bierce, con ciertos adornos como dijo el profesor el 10 de junio es “una versión ficcionada de la muerte de Ambrose Bierce” (Valle Castillo, J. 2017)  El escritor de también cuentos de terror norteamericano, renunció de su patria y se fue a México a unirse a las filas de Pancho Villa durante la revolución mexicana.

Ambrose Bierce es evidentemente Mister Perhaps, el nombre que Darío le da en su cuento, que en su edición guatemalteca, lleva como subtítulo Leyenda Mexicana. Valle declaró, que la tendencia en Huitzilopoxtli, ya no es enteramente modernista, es más allá del modernismo, es ver hacia las fauces del futuro literario, “inaugura lo real maravilloso, Huitzilopoxtli es realismo mágico formal”. (Valle Castillo, J. 2017) Realismo mágico precursor de los cuatro jinetes apocalípticos del boom (Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Julio Cortázar).

Los personajes fundamentales del cuento son la voz narrativa que pertenece a un periodista que bien podría ser el propio Darío, el padre Reguera, un padre de la iglesia católica que reniega su fe y se vuelve miembro del ejército revolucionario, luego conocido como Coronel Reguera y Mister Perhaps, que es el propio Ambrose Bierce ficcionado. Todos querían alcanzar el territorio controlado por Pancho Villa, por distintos motivos, y llevan juntos el viaje.

Avanzan hasta cierto punto en el que el padre Reguera le demuestra que esa tierra está alejada de la mano de Dios, producto del rechazo indígena que para el padre siguen vivo en los heroicos hombres de la revolución mexicana. Acampan por la noche, y es ahí donde el padre le ofrece mariguana al periodista, que acepta. Nuevamente tenemos un tema recurrente de Darío, el uso de sustancias ilícitas para entrar en estados anímicos de percepción alterada. Luego de esto el periodista tiene una visión que claramente es una imagen de Antropogafia indígena, en cuya roca ceremonial de adoración al Dios de la muerte Huitzilopoxtli, se ofrece en sacrificio el cadáver de Mister Perhaps/Ambrose Bierce.

A pesar del final brutal, debemos entender el sentido ideológico que como discurso posee este cuento. “El discurso ideológico de Huitzilopoxtli es indigenista”. (Valle, J. 2017) Darío en este sentido se burla un poco de la desdicha de Ambrose Bierce, y lo convierte en un símbolo del Imperio norteamericano, el discurso es indigenista, porque prevalece la tradición, el pensamiento pre-colonial indígena, que la intervención norteamericana que representa el escritor Ambrose Bierce, o en este caso, Mister Perhaps.

CONCLUSIONES

Para concluir está demás decir que hemos podido demostrar el altísimo valor literario que poseen los cuentos de terror dariano y que han sido tradicionalmente olvidados por los estudios darianos y la crítica. Las obras en sí mismas constituyen una obra unitaria y aparte completamente de lo que vendría a ser su producción en prosa, sin perder las características modernistas que definen la obra de Darío en su totalidad, sin embargo tenemos características que encontramos exclusivamente en su producción de cuentos de terror y que procederemos a enumerar:

En primer lugar encontramos el uso de personajes bíblicos o históricos, esto lo encontramos en las obras La muerte de Salomé, Historia prodigiosa…, El Salomón negro, Cuento de Pascuas,  y Huitzilopoxtli, en segundo lugar tenemos la belleza exterior acompañada de crueldad interior en La muerte de Salomé e Historia prodigiosa…, en tercer lugar la fórmula del registro antiguo encontrado en una botella o en un papiro, para revestir el relato de verosimilitud, esto se encuentra en La muerte de Salomé, Historia prodigiosa… y La extraña muerte de Fray Pedro, en cuarto lugar el castigo divino por la búsqueda de conocimiento prohibido o por Justicia divina como en La muerte de Salomé, Historia prodigiosa…,El Salomón negro, La extraña muerte de Fray Pedro, Thanathopia , y Cuento de Pascuas, en quinto lugar el folklore hispánico colonial esto se encuentra en La larva y Huitzilopoxtli, en sexto lugar el uso de sustancias estupefacientes para lograr estados anímicos de percepción alterada como en Cuento de Pascuas y Huitzilopoxtli, en séptimo lugar el sueño alucinante como en La pesadilla de Honorio, Cuento de Pascuas y Huitzilopoxtli, y por último, el final de suspenso como se encuentra en La pesadilla de Honorio, El caso de la señorita Amelia, Cuento de pascuas y Huitzilopoxtli. Estas características constituyen el terror dariano, el misterio y suspenso en la producción cuentística de Rubén Darío.

Referencias bibliográficas

-Darío, R., (1918), Los raros. Editorial mundo latino. Madrid.

-ibíd. (2011), Cuentos de misterio y suspenso. Editorial Amerrisque. Managua.

-Lovecraft, H.P., (1999), El horror sobrenatural en la literatura. El Aleph.com.

-Mendez, L., (1999) Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid.

-Valle Castillo, J. (2017) Conferencias magistrales en CARUNA, R.L. Managua.

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